miércoles, 15 de abril de 2009

El príncipe que no soñé


Sos el príncipe que no soñé, el sapo que no se convirtió jamás, por más que lo besé.

Cuando me mirás no se qué esperar, no se qué es lo que pensás o tal vez no quiero saberlo.

Sos todo lo que nunca pedí, todo lo que nunca esperé, pero sos y aquí estás.

Sos una extraña mezcla entre ogro y osito de peluche. Creo que a vos más que a nadie he confiado mis secretos, pero estás demasiado distraído para darte cuenta.

Sos exactamente el patán que describen las revistas rosas, con el que no hay que juntarse, así sos.

Sos ese tipo de hombre que no pueden decir cosas tiernas en vivo, por eso aman los mensajes de texto.
Sos el mejor ejemplo de lo que uno no tiene que hacer en la vida, de lo que no hay que buscar en la vida, pero te me atravesaste en el camino.

Si mis amigas lo supieran me matarían, sos impresentable.

Creo que sos como un aguacero en un paseo por el campo, primero echás todo a perder pero al rato todo parece más divertido.

A veces no se si reir o llorar. No creo que haya un test de personalidad que pueda describirte, sos caso aparte.

Sos el príncipe azul que se destiñó en la primera lavada, todo un fraude.

Sos el promedio de la media y, a la vez, la excepción a la regla. Así de raro sos.
Sos todo lo que no pedí, el príncipe que no soñé, pero sos vos y no quiero que te vayás.