domingo, 17 de noviembre de 2013

Casa sin cortinas

Hoy tuve besos sin alma, caricias equivocadas y palabras dando tumbos. 
Ayer no sentí nada y sin embargo, seguí. 
Hoy hay ojos que no se encuentran y sonrisas por compromiso.
Mañana, palabras vacías, genéricas y repetidas.
Y después de ayer, de hoy y de mañana, esa sensación de vacío con frío que nada la llena, que nada la calienta.
Un grito ahogado que viene de adentro y no puede salir. 
Soy un caparazón,  una casa sin cortinas.

Todo te lo di


Todo te lo di.
Todo y hasta lo que no tenía:
Mi confianza alquilada.
Mi cuerpo regalado.
Mi dinero prestado.
Nada quisiste...
Ni mi alimento simple.
Ni mi compañía experta.
Ni mis consejos no pedidos.
Ni mis caricias extraviadas.
Ni mi amor cansado.
Todo te lo di y nada quisiste.
Ahora lo tengo todo, pero de nada me sirve.

Licencia para ser feliz

Pido licencia para ser feliz. Permiso para equivocarme, para volver a empezar una segunda, tercera, quinta oportunidad sin resentimientos, sin dolor y sin culpa. Así, despeinada, no perfecta, dueña de mí misma, de mi vida, a mi ritmo, con mis reglas y rompiendo otras. Con un amor libre, con panza y con arrugas, así con raíces como una mujer real.